lunes, 4 de mayo de 2015

El Paradigma De La Sanidad Publica

El Paradigma De La Sanidad Publica




No todo en el misterio son poltergeist, ovnis, psicofonías, conspiración y demás temas paranormales, me parece que debemos tener un deber de informar y hacer ver la “realidad” a nuestros semejantes, cada nada se nos trata como “apocalípticos”, de forma despectiva, porque supuestamente vivimos hablando de desastres y cosas negativas.

Yo orgullosamente, me siento feliz al recibir esos adjetivos, si vemos que la palabra apocalipsis significa etimológicamente revelación; considerarme que aporto en la clarificación de minucias de esa “verdad oculta”, de esos hechos, evidencias o acciones que de forma inconsciente o deliberada, nos han escondido para que ciertos grupos sociales se beneficien, del trabajo y el esfuerzo de la mayoría de la población.

Hace 3 días en Colombia, murió Camila Abuabara, una estudiante de 24 años tuvo que librar no solo una lucha contra el cáncer después de que se le diagnosticara leucemia linfoblástica aguda, sino también una batalla jurídica con su prestadora de servicios de salud privada, para poder recibir un trasplante de médula que necesitaba para salvar su vida.

Esto, no es solo un problema exclusivo de un país, según cifras, cuatro de cada 10 personas en todo el mundo están excluidos de la protección social en materia de salud, estos datos figuran en el informe “Superar la crisis global de la salud: políticas universales de protección de la salud’; la sanidad y la atención socio sanitaria a dejado ser un derecho a volverse un lucrativo mercado; poco a poco tu documento de identidad, se ha convertido en una estadística, un número de oportunidades para hacer negocio contigo.


Ya no les basta con el negocio farmacéutico, ahora la mayoría de gobiernos a nivel mundial hacen apuestas y afirman que la gestión privada de la sanidad es más eficiente que la pública. Esta dudosa premisa, no avalada por ningún estudio científico serio que corrobore esta tesis, junto al argumento, entre otros, de que la mejora del sistema público es un reto del cual es imposible no salir trasquilado han cimentado ideológicamente una ofensiva destinada a entregar grandes porciones de la sanidad pública a empresas privadas.

El mensaje podría ser: no merece la pena gastar energías en la sanidad pública, despiecémosla y busquemos empresas para que apliquen fórmulas de gestión privada. Unas compañías que, lícitamente, tratarán de obtener beneficios económicos. Y que han protagonizado destacados casos de puertas giratorias, que es como se conoce al tránsito del sector público al privado de directivos que pasan de vigilar a las concesionarias de salud a trabajar para ellas. 

Ahora, para tumbar mitos cerca de la eficiencia de la sanidad privada comenzaremos a mostrar cuadros comparativos de la sanidad en EEUU, país en el que la sanidad mercantil es un hito, al cual el mundo comienza a doblegarse.

Si el mercado es más eficiente; la sanidad es barata en EEUU?



Bueno, pero si es caro, EEUU tiene que tener los mejores índices sanitarios…



Entonces diríamos que solo estamos viendo un tópico sesgado de mortalidad infantil, pero seguro que EEUU tiene que tener una mejor esperanza de vida.


Siendo tan caro, seguro que las listas de espera para atención medica no existen…


Pero me imagino que toda la población podrá terminar sus tratamientos de forma regular…


Como podemos notar, decir que la sanidad privada no es la panacea y la solución a los problemas de la salud publica en los países, no es más que una utopía, acompañada de la premisa de que al tratar con los mercados, claramente estamos haciendo alusión a que esto es un negocio.

El viejo método “problema-reacción-solución”, sigue siendo muy utilizado, y lastimosamente eficaz, pues la ciudadanía en general sigue “adormecida” ante los mercachifles de la política.

La táctica consiste crear un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar, crear crisis económicas, de salud y otros ámbitos en general, para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

"Para el sistema somos números, estadísticas. Cifras. Parados, empleados, vagos. Peligrosos si alzamos la voz, correctos si callamos. Consumidores consumos consumistas. Fachas o perroflautas, anarquistas comunistas o demócratas. Cifras ideológicas. Cifras y más cifras. Somos números, símbolos, porcentajes. Estadísticamente mecanizados, estadísticamente predecibles. La industrialización ha llegado hasta nuestro corazón. Somos números, robots. Dígitos impresos en el balance económico del mundo. Un rostro reflejado en televisiones y escaparates.
Datos, cifras, números. Sumas y divisiones.
Miradas, amores, pasiones. Música y silencio. Ausencia y risas. Abrazos y soledades. Rebeldes y artistas. Humanos y humanidades.
Una bala llena de muerte corre por todos lados. Apártate, esquívala, sáltala, pero por favor,
No te rindas. "

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