jueves, 9 de julio de 2015

Disidencia Controlada: De La Revolución Rusa a La Guerra Fría

De La Revolución Rusa a La Guerra Fría

“Como el dios Vishnu de cien manos, cada una de ellas acelerará el cambio de la sociedad; esas manos guiarán la opinión en el sentido que convenga a nuestros intereses, porque un hombre que vive en un medio demasiado agitado, pierde la facultad de razonar y se abandona fácilmente a la sugestión. Los imbéciles que creerán repetir la opinión del periódico de su partido, no harán otra cosa que repetir y expresar nuestra opinión o aquello que nos agrade. Se harán la ilusión de seguir las opiniones del periódico de su partido, y en realidad seguirán la bandera que nosotros enarbolaremos para que vayan tras ella.” (Protocolo XII, Protocolos de Los Sabios De Sion)



Para analizar la guerra fría, tenemos que mirar hacia la financiación y puesta en marcha de la revolución rusa misma, ya que la Revolución Bolchevique en Rusia fue, obviamente, uno de los acontecimientos decisivos, en la historia del mundo.

Este es un hecho histórico sobre el cual hay mucha falta de información. Los formadores de mitos y re-escritores de la historia han hecho su labor de pintores de paisajes muy bien diseñados, mostrándonos solo un matiz “romántico” y “libertario”. 

La “Farsa” de la Revolución Bolchevique

“Cuando el dinero habla, la verdad calla.”

Proverbio chino


En 1905, mientras que Rusia estaba comprometida en la guerra ruso-japonesa, los comunistas trataron de conseguir que los agricultores se rebelasen contra el zar, pero ellos se negaron. Muchos de los dirigentes, entre ellos Lenin y el revolucionario León Trotsky fueron exiliados.

Después de este intento fallido, el Zar de Rusia depositó $ 400.000.000 de Rublos en el de Chase Manhattan Bank, National City Bank, Guaranty Trust Bank, el banco de confianza de Hannover, y Fabricantes Trust Bank en los Estados Unidos, y $ 80 millones con los Rothschild en París. Lo hizo porque sabía quién estaba detrás del creciente movimiento revolucionario, y esperaba al involucrarse en una relación de negocios con los amos del mundo, podría acabar con la rebelión, mediante la colocación de su dinero dentro de los confines de los bancos de los “testaferros económicos” de la revolución, y esperando que esta diera atrás.

Bueno, estaba totalmente equivocado, ya que esto sólo motivó aún más para derrocar al Zar para que pudieran mantener su dinero, cosa que hicieron; o también podríamos decir, que con su propio dinero pago su derrocamiento.

El establecimiento del comunismo en Rusia es el clásico ejemplo de la segunda "gran mentira" del comunismo, esto es, que el movimiento es de las masas oprimidas que se levantan en contra de los patrones explotadores. Esta astuta decepción ha sido fomentada desde antes de la primera Revolución Francesa, en 1789.

La mayor parte de la gente cree hoy que los comunistas tuvieron éxito en Rusia, porque fueron capaces de reunir detrás de ellos la simpatía y frustración del pueblo ruso, que estaba ya hastiado de la tiranía de los Zares. Esto es ignorar la historia de lo que realmente sucedió. Mientras que a todo el mundo se le recuerda que la Revolución Bolchevique tuvo lugar en noviembre de 1917, pocos saben que el Zar había abdicado siete meses antes, en el 2 de marzo de 1917.

Cuando el Zar Nicolás II abdicó, un gobierno Provisional fue establecido por el Príncipe Lvov, quien quería imitar al gobierno. Pero, desafortunadamente, el gobierno de Lvov permitió el régimen de Kerensky.

Kerensky, un llamado socialista democrático, pudo haber estado dirigiendo un gobierno de vigilancia frente a los comunistas.

Permitió que la guerra contra Alemania y los otros Poderes Centrales siguiera, pero él dictó una amnistía general para los comunistas y otros revolucionarios, muchos de los cuales habían estado exiliados después de la infructuosa Revolución Roja de 1905. De vuelta a la madre Rusia, llegaron 250 mil decididos revolucionarios y la condena del gobierno del propio Kerensky fue sellada.

Stalin, Lenin y Trotsky

En la Unión Soviética, como en todo país comunista (o como se llaman a sí mismos - países socialistas), el poder no ha venido a las manos, de los comunistas por el deseo de las masas oprimidas. El poder ha venido desde el tope hacia abajo, en cada circunstancia. Reconstruyamos brevemente la secuencia de la toma de posesión de los comunistas.

El año es 1917. Los Aliados luchan con los Poderes Centrales. Los Aliados incluyen a Rusia, el Commonwealth Británico, Francia y, por abril de 1917, los Estados Unidos. En marzo de 1917 se pusieron en movimiento fuerzas planificadas para obligar al Zar Nicolás II a abdicar. Él lo hizo bajo la presión de los Aliados, después de severos desórdenes en el capitolio Zarista de Petrogrado, desórdenes causados por los trastornos en el sistema de transportes, que aisló a la ciudad de provisiones alimenticias y llevó al cierre de las fábricas.

Pero ¿dónde estaban Lenin y Trotsky mientras todo esto sucedía?

En esta angosta calle, Spiegelgasse, situada en el casco viejo de Zúrich, se alojo Lenin

Lenin se hallaba en Suiza y había estado en Europa Occidental desde 1905, cuando fue exiliado por tratar de derribar al Zar en la infructuosa revolución comunista de ese año. Trotsky también estaba en exilio, de reportero de un diario comunista en el barrio bajo de Nueva York. Los Bolcheviques no eran una fuerza política decisiva en el momento en que el Zar abdicó.

Llegaron al poder no porque las masas oprimidas de Rusia los llamaran de vuelta, sino porque hombres muy influyentes de Europa y los Estados Unidos los enviaron para allá.

Lenin fue enviado a través de la Europa en guerra, en el famoso "tren sellado". Lenin llevaba consigo algo así como US$ 5 a US$ 6 millones en oro. Todo estaba arreglado por el alto mando alemán y Warburg, a través de otro socialista de toda una vida, un hombre muy rico llamado Alexander Helphand, alias "Parvus".


En marzo de 1917, Vladímir Illich Ulianov, más conocido como Lenin se adentra en un tren sellado que no podrá ser inspeccionado ni detenido por las fuerzas gubernamentales germanas. Se trata de un tren blindado y bien protegido por los mismos alemanes.

Cuando Trotsky dejó Nueva York, a bordo del “S. S. Christiania” el 27 de marzo de 1917, lo hizo rodeado de 275 revolucionarios; la primera escala fue en Halifax, Nueva Escocia. Allí los canadienses agarraron a Trotsky y su dinero y los acorralaron a ambos.

Para el gobierno canadiense ésta fue una actitud muy lógica, ya que Trotsky había dicho muchas veces que sí él tenía éxito en llegar al poder en Rusia, él pararía inmediatamente lo que llamaba la "guerra imperialista" y pediría una paz separada con Alemania. Esto dejaría libres a millones de tropas alemanas para cambiarlas desde el frente oriental al occidental, donde podrían matar canadienses.

Trotsky fue a prisión por cinco días. Después, de improviso, los británicos (a través del futuro socio de Kuhn, Loeb - Sir William Wiseman) y los Estados Unidos (a través del ubicuo "Coronel" House) presionaron al gobierno canadiense, para que dejara en libertad a Trotsky. Por lo tanto, con un pasaporte americano, Trotsky volvió a encontrarse con Lenin.

Se juntaron y, en noviembre, a través de soborno, astucia y brutalidad, pudieron, con la punta de las bayonetas, obligar a las masas a aceptar el traspaso de "todo el poder a los soviéticos".

Manifestación Callejera, Petrogrado, 18 Junio 1917. La Pancarta en el fondo dice "Abajo los 10 Ministros Capitalistas / Todo el poder al Soviet de los Trabajadores, de los Soldados, de los Campesinos y de los Diputados/ Y a los Ministros Socialistas / Exigimos que Nicolás II Sea Transferido a la Fortaleza Peter-Paul.

Los comunistas llegaron al poder capturando un mero puñado de ciudades claves. De hecho, prácticamente toda la Revolución Bolchevique tuvo lugar en una ciudad de Petrogrado. Fue como si todos los Estados Unidos se volvieran comunistas, porque una chusma dirigida por los comunistas se tomara Washington D. C. 

Pasaron años antes que los soviéticos consolidaran el poder a través de Rusia.

Los alemanes, con el problema encima, tuvieron una excusa plausible para financiar a Lenin y Trotsky. Los dos alemanes más responsables del financiamiento de Lenin eran Max Warburg y un ruso desplazado llamado Alexander Helphand. Ellos podían argumentar que estaban sirviendo a la causa de su país al ayudar y financiar a Lenin.

Sin embargo, estos dos “patriotas” alemanes no se preocuparon de informar al Kaiser de su plan para fomentar una revolución comunista en Rusia.

El cuadro toma otra dimensión cuando se considera que el hermano de Max Warburg era Paul Warburg, el más interesado en establecer el Sistema de Reserva Federal y quien, desde su posición en el Consejo de Directores de la Reserva Federal, jugó un papel clave en el financiamiento del esfuerzo de guerra americano (cuando las noticias goteaban en diarios americanos acerca del hermano Max manejando las finanzas alemanas, Paul renunció a su puesto en la Reserva Federal, sin pena ni gloria).

De aquí en adelante la trama es repugnante.

El suegro del hermano de Max Warburg, Félix, era Jacob Schiff, el socio principal de Kuhn, Loeb y Cía. (Paul y Félix Warburg, ustedes recordarán, también eran socios en Kuhn, Loeb y Cía, mientras Max operaba el banco de la familia Rothschíld en Francfort).

Jacob Schiff también ayudó a financiar a León Trotsky.

De acuerdo al N.Y. Journal-American, del 3 de febrero de 1949:

"Hoy el nieto de Jacob, John Schiff, estima que el viejo botó 20 millones de dólares por el triunfo final del Bolchevismo en Rusia".

Una de las mejores fuentes de información sobre el financiamiento de la revolución Bolchevique es Czarism and the Revolution, escrito por un importante General ruso blanco, llamado Arséne de Goulevitch, quien fue el fundador de la Unión de los Ciudadanos Oprimidos en Francia.

Caricatura por Robert Minor en St. Louis Post-Dispatch (1911). Karl Marx rodeado de un público agradecido de los financieros de Wall Street: John D. Rockefeller, JP Morgan, John D. Ryan, de National City Bank, y socio de Morgan, George W. Perkins. Inmediatamente detrás de Karl Marx es Teddy Roosevelt, líder del Partido Progresista.

En este libro, escrito en francés y luego traducido al inglés, De Goulevitch anota:

"Los principales proveedores de los fondos de la revolución, sin embargo, no eran ni los ricos millonarios rusos ni los bandidos armados de Lenin. La 'verdadera' plata venía principalmente de ciertos círculos británicos y americanos que, por mucho tiempo, hablan prestado su apoyo a la causa revolucionaria rusa..."

De Goulevitch continúa:

"El importante papel jugado por el acaudalado banquero americano Jacob Schiff en los eventos de Rusia, aunque todavía está sólo Parcialmente revelado, ya no es más un secreto"

El General Alexander Nechvolodov es citado por De Goulevitch, de haber manifestado en su libro sobre la Revolución Bolchevique:

"En abril de 1917, Jacob Schiff declaró públicamente que era gracias a su aporte financiero que la revolución en Rusia había tenido éxito."

"En la primavera de ese mismo año, Schiff comenzó a subvencionar a Trotsky..."

"Simultáneamente, Trotsky y Cia. También estaban siendo subvencionados por Max Warburg y Olaf Aschberg, del Nye Banken de Estocolmo..., el Rhine Westphalian Syndicate y Jivotovsky..., cuya hija se casó después con Trotsky."

Schiff gastó millones por derrocar al Zar y más millones para derrocar a Kerensky.

Mandaba dinero a Rusia hasta mucho después que las verdaderas intenciones de los bolcheviques fueran conocidas en el mundo. Schiff juntó US$ 10 millones, supuestamente para ayuda de guerra a los judíos en Rusia, pero eventos posteriores revelaron ser un buen negocio de inversión (Forbes, B. C. Men Who Are Making America, pp. 334-5).

De acuerdo a De Goulevitch:

"El señor Bakhmetiev, el último Embajador imperial ruso en los Estados Unidos, nos cuenta que los bolcheviques, después de la victoria, transfirieron 600 millones de rublos en oro, entre los años 1918 y 1922, a Kuhn, Loeb y Compañía" (firma de Schiff).

La participación de Schiff en la revolución bolchevique, aunque ahora naturalmente negada, fue bien conocida entre los Servicios de Inteligencia de los Aliados de la época.

Banquero Judio Jacob Schiff

Esto llevó a que se hablara mucho que el bolchevismo era un plan judío. El resultado es que el tema del financiamiento de la toma de posesión comunista sobre Rusia se hizo tabú. Evidencia posterior indica que el financiamiento de los bolcheviques estaba en manos de un sindicato de banqueros internacionales que, además del grupo Schiff-Warburg, incluía los intereses de Morgan y Rockefeller.

Los documentos dan testimonio que la Organización Morgan puso por lo menos US$ 1 millón en el equipo revolucionario rojo.*

* Hagedorn, Herman, The Magnate, John Day. N. Y. También ver Washington Post, 2 de febrero de 1918, p.195

Lord Arthur James Balfour (Izquierda), Lord Walter Rothschild (Centro) and Lord Alfred Milner (Derecha) “Mecenas de la Revolución Bolchevique”

Había aun otro financista de la revolución bolchevique muy importante: era un inglés extremadamente rico llamado Lord Alfred Milner, el organizador y jefe de una sociedad secreta llamada el "Grupo de la Mesa Redonda", que era respaldada por Lord Rothschild.

De Goulevitch nos hace notar más adelante:

"El 7 de abril de 1917, el General Janin hizo la siguiente introducción en su diario ('Au G. C. C. Russé'. Le Monde Slave, Vol. 2, 1927, pp. 296-297): Larga entrevista con R., quien, confirmó que yo había sido descubierto por M. Después de referirse al odio alemán suyo y de su familia, se va al tema de la revolución que, según dice, estuvo manejada por los ingleses, más precisamente por Sir George Buchanan y Lord (Alfred) Milner.

Petrogrado, en ese momento, estaba lleno de ingleses... Él podría, aseguró, nombrar las calles y los números de las casas en que los agentes británicos estaban alojados. Ellos fueron informados, durante el levantamiento, de haberse distribuido dinero a los soldados y haberlos incitado a amotinarse".

De Goulevitch continúa revelando:

"En entrevista privada, he sido informado que más de 21 millones de rublos fueron usados por Lord Milner en el financiamiento de la revolución rusa".

Debería ser anotado, entre paréntesis, que Lord Milner, Félix y Max Warburg, representaban a "sus" respectivos países en la Conferencia de Paz en París, al concluir la I Guerra Mundial.

Dos guerras mundiales, cortesía de la élite angloamericana.

Si de alguna manera podemos atribuir el financiamiento de Lenin al "patriotismo" alemán, ciertamente no podemos pensar que fue "patriotismo" el que inspiró a Schiff, Morgan, Rockefeller y Milner a financiar a los bolcheviques. Gran Bretaña y América estaban en guerra con Alemania y eran aliados de la Rusia Zarista. Librar a docenas de divisiones alemanas para cambiarlas del frente oriental a Francia y matar cientos de miles de soldados británicos y americanos, fue algo más que traición.

En la revolución bolchevique vemos muchas de las antiguas caras que fueron responsables de crear el Sistema de Reserva Federal, iniciar el impuesto graduado a la renta, establecer fundaciones libres de impuesto y empujar a los EEUU a la I Guerra Mundial. De cualquier modo, si usted concluye que esto es nada más que coincidencia, su nombre será inmediatamente borrado del registro socialista.

Ninguna revolución puede tener éxito sin organización y dinero.

"Las masas oprimidas", generalmente, dan poco de lo primero y nada de lo último. Pero los Privilegiados de la cima se las pueden arreglar con ambas.

¿Cuál era la posible ganancia de estas gentes en el financiamiento de la revolución rusa? ¿Qué ganaban manteniéndola viva y a flote, o, durante los años de 1920, invirtiendo millones de dólares en lo que Lenin llamaba su Nuevo Programa Económico, salvando a los soviéticos de la ruina?

¿Por qué estos "capitalistas" hacían todo esto?

Autor ruso y crítico del totalitarismo soviético Aleksandr Solzhenitsyn estima que 66 millones de personas murieron bajo el régimen soviético-occidental impuesto.

Si el destino de uno es la conquista global, hay que empezar en alguna parte. Puede o no puede haber sido coincidencia, pero Rusia era uno de los países europeos más importantes que carecían de Banco Central. En Rusia, por primera vez, la conspiración comunista ganó una sede geográfica desde la cual podía enviar ataques contra las otras naciones del mundo. El Occidente ahora tenía un enemigo.

En la revolución bolchevique tenemos a los hombres más ricos y poderosos del mundo financiando un movimiento que sostiene que su propia existencia está basada en el concepto de despojar de sus fortunas a hombres como:

• Los Rothschild

• Los Rockefeller

• Los Schiff

• Los Warburg

• Los Morgan

• Los Harriman

• Los Milner

Pero, obviamente, estos hombres no tienen temor del comunismo internacional.

Es lógico suponer que si ellos lo financiaron y no le temen, debe ser porque ellos lo controlan. ¿Puede haber otra explicación que tenga sentido? Recuerden que por más de 150 años ha sido procedimiento normal de operación de los Rothschild y sus aliados el de controlar ambos lados en todo conflicto. Debe tener un "enemigo" si va a cobrar al rey.

El balance de poderes Oriente-Occidente es la política usada como una de las principales excusas por la socialización de América. Aunque no era su principal propósito, nacionalizando a Rusia los Privilegiados adquirieron un gran bien raíz, pleno de derechos mineros, por un monto cercano a los US$ 40 millones.

Las actividades revolucionarias de Marx, Lenin, Trotsky y Stalin fueron financiadas por los banqueros internacionales británicos, franceses, alemanes y americanos, todos ellos dominados por la Casa de Rothschild.

La American International Corporation (AIC), fue "creada en 1915 para el desarrollo de las empresas nacionales y extranjeras, ampliar las actividades de EEUU en el extranjero, y promover los intereses de los banqueros, empresarios e ingenieros estadounidenses y extranjeros." Fue creada y controlada por los intereses de los Morgan, Stillman y Rockefeller, y sus directores estaban afiliados al National City Bank (Rockefeller), la Fundación Carnegie, General Electric, la familia DuPont, New York Life Insurance, American Bankers Association y el Banco de la Reserva Federal de Nueva York. Los miembros de su consejo de administración apoyaron financieramente a los bolcheviques e impulsaron al Departamento de Estado de EEUU a reconocer al gobierno bolchevique. 


En 1920, el oro ruso que era desviado a través de Suecia, donde se fundía y sellaba con los lingotes suecos, fue canalizado a través del Banco de la Reserva Federal de Nueva York hacia la Kuhn, Loeb & Company y la Guaranty Trust Company (Morgan), dos de los principales intereses bancarios detrás de la creación de la Reserva Federal. Durante la guerra civil entre rusos rojos y blancos, mientras los financieros de Wall Street ayudaban a los bolcheviques en silencio, también comenzaron a financiar a Aleksandr Kolchak (de los blancos) con millones de dólares, a fin de garantizar que sin importar quien saliera victorioso en la guerra, Wall Street ganaría. 

Antony Sutton escribió cómo, "Rusia, entonces y ahora, constituye la mayor amenaza de potencial competitivo a la supremacía industrial y financiera de los Estados Unidos", y que "el gigantesco mercado ruso se convirtió en un mercado cautivo y en una colonia técnica a ser explotada por algunos de los grandes poderes financieros de Estados Unidos y las empresas bajo su control." 

Finalmente, los bolcheviques salieron victoriosos, y Wall Street ganó. En virtud de los planes quinquenales de Stalin en los primeros años de la década del 30, la industrialización soviética "necesitaba de tecnología y experiencia occidental", y en una "contribución a menudo pasada por alto" que venía "desde el extranjero", las empresas norteamericanas colaboraron en la industrialización de la URSS, incluyendo a la Ford, General Electric y DuPont, junto a la Standard Oil, General Electric, Austin Co., General Motors, International Harvester, y Caterpillar Tractrors comerciando activamente con la Unión Soviética .


La Standard Oil compró "una enorme cantidad de petróleo rojo", General Electric recibió un contrato de $ 100.000.000 de la Unión Soviética para construir "los cuatro mayores generadores hidroeléctricos del mundo", Austin Co., obtuvo un contrato de 50.000.000 dólares para levantar la Ciudad de Austingrad, "completada con fábricas de tractores y automóviles con un contrato de 30.000.000 de dólares adicionales para repuestos y asistencia técnica de la Ford Motor Corp." En la cima de todos ellos, "Otros amigos de negocios [soviéticos] eran General Motors, DuPont de Nemours, International Harvester, John Deere Co., Caterpillar Tractors, Radio Corp. y la US Shipping Board, que vendió a los Rojos, una flota de 25 cargueros de vapor." Los bancos de vínculos estrechos con la economía rusa incluyeron al Chase National, National City Bank y Equitable Trust, todos los cuales poseen intereses de los Rockefeller o los Morgan.

Desde entonces, estos poderes económicos han estado en control de Rusia de una solapada y encubierta; es por este motivo que podíamos afirmar que toda la Guerra Fría era una fachada para reunir a América alrededor de una causa común, y que Rusia era el enemigo “maléfico”, para que el Complejo Militar Industrial que se generó después de las guerras mundiales, tomara más fuerza y girara alrededor de los Estados Unidos y siguiera siendo la primera potencia militar como ninguna otra en la historia, para ser utilizado por los “amos del mundo” como el "brazo armado" de su agenda de apoderarse del planeta.

Un libro del autor Antony Sutton llamado Tecnología Occidental y Desarrollo Económico Soviético (Western Technology and Soviet Economic Development), expone los detalles de cómo Estados Unidos, bancos y empresas con sede en Europa, siempre apoyaron a Lenin con la tecnología y el dinero que su grupo necesitaba para derrocar al zar y controlar al pueblo ruso. Además de este libro, hay un montón de pruebas contundentes de la relación de la dinastía de banqueros Rothschild (también conocidos como los intereses bancarios Illuminati / del Gran Plan, o del Nuevo Orden Mundial), con la financiación y organización de la subida del comunismo en Rusia.

El Congresista norteamericano Louis MacFadden, presidente del Comité de la Comisión Bancaria, banquero de profesión y, quien supuestamente se puso enfermo en el hotel que se alojaba, muriendo de una trombosis coronaria; pero muchos creen que esto es falso, afirmando firmemente que fue envenenado, pues era uno de los principales opositores del sistema de la Reserva Federal y tenía un plan para impugnar el mandato del presidente Herbert Hoover.

Este honorable senador afirmaba:

“El gobierno soviético ha recibido fondos de la Tesorería de los Estados Unidos a través del Consejo de la Reserva Federal y de los Bancos de la Reserva Federal, los que han actuado por intermedio del Chase Bank, del Guaranty Trust Company y otros bancos en la ciudad de Nueva York...“

..."Abra los libros de Amtorg, la organización mercante del gobierno soviético en Nueva York, y de Bostorg, la oficina general de la organización Mercantil Soviética, y del State Bank de la Unión de las Repúblicas Soviéticas Socialistas, y estará impresionado de ver cuánto dinero norteamericano ha sido sacado desde la Tesorería de los Estados Unidos a beneficio de Rusia. Trate de encontrar qué negocio ha sido transado para el State Bank de la Rusia Soviética por su correspondiente, el Chase Bank de Nueva York..."

(Congressional Record, 15 de junio de 1933).

El profesor Sutton prueba concluyentemente, en su historia de tres tomos sobre el desarrollo tecnológico soviético, que la Unión Soviética casi fue fabricada literalmente por los Estados Unidos.

Sutton también cita un informe de Averell Harriman al Departamento de Estado, en junio de 1944, manifestando:

“Stalin pagó tributo a la ayuda rendida por Estados Unidos a la industria soviética antes y durante la guerra. El dijo que cerca de dos tercios de la gran organización industrial de la Unión Soviética habían sido construidos con la ayuda o asistencia técnica de los Estados Unidos”

(Sutton, op. cit., Vol. II, p. 3).


Recuerden que esto era en el momento que los soviéticos ya habían establecido una extensa red de espionaje en los Estados Unidos, y el Daily Worker, diario comunista, llamaba constantemente a la destrucción de la “libertad” y a la “sovietización” de América.

Sutton muestra que no hay un segmento de la economía soviética que no sea el resultado de la transferencia de la tecnología occidental, particularmente de la americana.

Después de la Segunda Guerra Mundial, y en el marco del gobierno de un mundo creado a través de las Naciones Unidas, ya era hora de que los “amos del mundo”, comenzaran a trabajar, para llevar a la humanidad de vuelta al negocio de la guerra, o al menos la amenaza de la misma. Esto se hizo para mantenernos distraídos y también para construir la maquinaria militar de la Nueva Babilonia en la búsqueda de la dominación del mundo. Y aquí es cuando los “la elite” intensificó y creo su próxima "amenaza" a las naciones occidentales y de la humanidad: el comunismo.


Después de trabajar con la Unión Soviética para “derrotar” a los nazis, los rusos fueron repentinamente los nuevos villanos a vencer, nada menos que la supervivencia de la civilización occidental estaba en juego; "Hay que asustar de muerte al pueblo norteamericano," dijo el senador republicano Arthur Vandenberg; y así lo hicieron. 

Primero con la amenaza de la aniquilación nuclear, y más tarde con pruebas falsas de la CIA que la URSS era una amenaza formidable; así, la Unión Soviética fuera un país que dependiera de la ayuda encubierta de Occidente.

Durante la mayor parte de su historia, la Guerra Fría fue una guerra de propaganda, en la que los opositores lanzaron sus campañas desprestigiadoras de un bando hacia el otro. Sin embargo, el complejo militar-industrial no podía hacer miles de millones de dólares tan solo con propaganda; tenía que haber “teatros” de operaciones reales. 

Tanto Rusia como los Estados Unidos tuvieron el cuidado de tener los escenarios de batalla en lugares a miles de kilómetros de sus propias tierras, en los países pobres, como Corea, Vietnam, Latinoamérica y África. 


Se tuvo la crisis de los misiles cubanos, la telenovela en la que los medios de comunicación estadounidenses estaban convencidos de que habían estado al borde de la destrucción atómica, y que se salvaron justo antes de que las bombas fueran lanzadas por las "habilidades diplomáticas increíbles" de John F. Kennedy y Kruschev, ninguno de los cuales antes o después de esta crisis nunca habían mostrado la más mínima habilidad diplomática. 

No hubo nunca una posibilidad de que se hubiera tenido una guerra nuclear con Rusia porque habría contaminado toda la superficie de la Tierra; y la “elite” no habría de enseñorearse sobre un desierto nuclear, pero lo que sí es seguro, es que hizo para una buena propaganda y gasto militar para crear un enorme déficit económico y de crecimiento, para mantener a las naciones subyugadas a la banca.

Vídeo propagandístico "agacharse y cubrirse" (activar Subtitulos En Español)

El norteamericano, que en estos momentos sea lo suficientemente mayor, podrá recordar el adiestramiento denominado "agacharse y cubrirse", simulacros en las escuelas en los años 1950 y 60, que ahora sé puede ver que esto no fue más que un acondicionamiento mental para mantenerse en el miedo y en favor de la idea de "armarse contra el comunismo". 

Agacharse debajo de un escritorio en una escuela cuando una bomba nuclear explota es totalmente estúpido y de risa, estos ejercicios fueron abandonados hace mucho tiempo, ya que la gente finalmente tuvo sentido común y abandono estos simulacros, que finalmente no llevaban a ningún nivel de seguridad mínimo.

Así prepararon el camino, y la excusa para una amenaza inminente a nivel mundial, que iba a ser la democracia vs comunismo, y el primer teatro de operaciones fue la Guerra de Corea.

El Verdadero Legado


La Guerra Fría, fabrico la excusa para el enorme gasto militar para construir la “Nueva Babilonia” y convertirla en la fuerza policial mundial por excelencia, utilizando la moneda fiduciaria de la Reserva Federal, fabricando dinero de la nada, y así imponer a los ciudadanos de los Estados Unidos en “el gancho moral” perfecto para vivir eternamente pagando en sus impuestos, las atrocidades e inmoralidades de los deseos de sangre de la “elite”. 

También fue una excusa para crear y potenciar a la CIA, que son, en efecto, la policía secreta de los “dueños del mundo”, para el cumplimiento de sus órdenes clandestinas en todo el globo.

Los Estados Unidos, La Nueva Babilonia tiene más de 662 bases militares en 40 países y una presencia militar en otros 100 países, eso pone a los militares de Estados Unidos en alrededor de 140 de los 196 países de la Tierra; eso podría traducirse en que una agresión hacia cualquiera de las 140 “colonias” pone de inmediato a los militares “Gringos” en acción (encubierta o transparentemente), y eso lo paga el contribuyente estadounidense, les guste o no. 

Esto lo podríamos reducir diciendo que se en EEUU se tributa, para que se ejerza un golpe militar de casi el resto del mundo y la propia esclavitud financiera a la Reserva Federal.


Esta guerra fría de distracción y amenaza duró varias décadas y luego, por arte de magia, la Cortina de Hierro cayó y todo esto supuso “unirnos y vivir felices” para siempre bajo la autoridad de la ONU; periodo durante el cual ha habido más guerras y muertes que en cualquier otro periodo de la historia; ahora nos “unimos” bajo el "Movimiento Verde" para enfrentar al dragón del calentamiento global, el cambio climático…

Vamos a ver qué pasa…

“…y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres…” Juan 8:32


Fuentes:

https://altair2012.wordpress.com

http://www.bibliotecapleyades.net

Rise of the New World Order The Culling of Man - J. Michael Thomas Hays

http://www.sott.net

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